sábado, 27 de febrero de 2010

el Árbol.
No había en el mundo otra cosa mas que el jardín escuálido,
aun recuerdo el aroma de la tierra humedad, el olor del verano,
de la humedad.
Recuerdo llendos de la mano, como colgados de una liana.
Aveces recuerdo los gritos, otras veces recuerdo los llantos.
Estábamos tan cerca de la casa y de horror, cerca de una pesadilla de tortura, 
adentro de una pesadilla indespertable.
Las gruesas voces de alzaban y se alejaban todo el tiempo de mi, y aun hoy rondan en mi cabeza.
Hoy entiendo lo que paso en la casa aquel verano.

Se trata del despliegue, se trata de no parar, y acá estoy, lista para volver, pero no acá. Para volver a ese lugar en el cual ya no quiero estar más.
Quiero quedarme en mi jardín, a jugar por ahí.

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